domingo, 1 de mayo de 2011

Capitulo 6- Una pequeña Historia

  -Hola, este es el último día de tu entrenamiento conmigo así que vamos a hacer algo diferente.-dijo Dakota.
  -¿Qué?-preguntó Max.
  -Fisico.
  -¡Qué!-grito Max.
  -Venga, a correr.-dijo Dakota poniendo se a correr.
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Después de hora y media de ejercicio sin descanso los dos estaban tirados en el suelo sin poderse mover. Apenas podían  respirar.
  -No puedo más.-dijo Max.
  -Yo tampoco. Por una vez estoy 100 por 100 de acuerdo contigo.-dijo Dakota.
  -No puedo respirar. 
  -Yo no me muevo hasta que venga alguien a moverme o recupere todas mis fuerzas.-dijo Dakota.
  -Vamos a estar aquí un buen rato.-dijo Max.
  -Sí.
  -Bueno, pues cuenta me todo lo que ha pasado hasta que he venido yo.-dijo Max.
  -¿En el equipo? Bueno, es una historia muy larga.-dijo Dakota.
  -No importa.
  -Recuerda. Ni una palabra a nadie.
  -Sí
...
Una pequeña niña daba patadas a un balón. En la televisión estaba un partido que ella ya había visto 10 veces, pero aún así lo seguía viendo.
En eso su madre entró en la habitación.
  -¿Qué haces, amorcito?
  -Jugar.-respondió la niña.
La madre la cogió en sus brazos.  Se parecía bastante a su padre.
  -Ven, hoy empiezas en tu nueva guardería. Sabes que papá y yo trabajamos y no te podemos dejar sola.
La niña asintió. No le gustaban esos lugares pero sabía que los abuelos no podían cuidarla por que estaban muy lejos.
  -¿Puedo coger mi balón?-preguntó la niña.
  -Sí.
Su madre se puso unas gafas de sol muy grandes para que no la reconocieran y también se puso un gran sombrero; así la gente no le podía ver la cara.
Al llegar al lugar la gente que sabía quien era se le quedaba mirando. Ella lo odiaba. Lo único bueno es que era muy poca gente quien lo sabía.
En el fondo vio un peluche de un pingüino, su animal favorito. Fue a verlo pero al intentar cogerlo otra persona tuvo la misma idea.
  -Dame lo, es mío.-dijo el niño.
  -¿Me lo dejas un minuto?-preguntó ella.
  -¡No!-gritó.
  -Por favor.
  -No.
  -Sí.
  -No.
...
Tres minutos después pasó lo mismo, pero con el balón de la niña. Al final, terminaron en el suelo dando se golpes con los peluches.
  -Pingui, Lira, ¡separen se!-grito una cuidadora.
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  -Eso es todo por hoy.-dijo Dakota.
  -Espera, ¿estas diciendo qué Pingui y Lira no se conocían?
  -Sí, pero en ese entonces tenían tres años.
  -Yo creí que todos os conocíais desde siempre.-dijo Max.
  -No. Es más, Pingui y Lira fueron enemigos durante un año. Se odiaban. Cuando llegaron Alicia y Nali ellos seguían sin hablarse.
  -¿De verdad?-pregunto Max.
  -Es raro, esta es una historia que todos sabemos; pero desde que la madre de Lira murió nadie habla de eso. Es muy duro para todos.
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Darren llegó y literalmente se llevó a su hermana arrastrando la.
Max se quedó en la rivera un rato más. El había vivido hasta hace unas semanas en Brasil una vida un poco normal. Ahora el no entendía nada.
El era el hijo del portero del mejor equipo de la Liga de Brasil. Pero no se podía hacer la idea que el resto también haya vivido una infancia intentando que los medios no le reconozcan.
Dakota había dicho que Alicia y Nali llegaron un año después. Eso quiere decir que ninguno se conocía desde antes de los tres años.

Solo quedan tres semanas antes del comienzo de el Fútbol Frontier. Quedan tres entrenamientos con gente diferente. Y, ¿cómo terminara la historia de Dakota?
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